Vamos a dejar volar nuestra imaginación durante unos minutos…
Tras muchos meses de confinamiento, de pandemia, de incertidumbre con lo que podría pasar… ha llegado el día que llevas esperando tanto tiempo, el día en el que te vas de viaje, unos días de vacaciones.
El destino, Sidney! (venga, si te hace ilusión te dejo elegir otra ciudad). Sea el sitio que sea serán muchas horas de vuelo.
Estás feliz porque deseabas que llegara este día.
Como son tantas horas de vuelo, te toca comer en el avión. El personal de cabina muy amable te trae la comida y cuando la pruebas… agggg ¿pero por que siempre sabe tan mal la comida de los aviones? ¿no podrían invertir un poco más en ella?
¿Te es familiar esta situación? Pues bien! vamos a intentar descubrir el por qué de esto.
A todos los que nos ha tocado comer en pleno vuelo alguna vez sabemos de lo que estamos hablando. Pero… ¿es cierto que el motivo por el cual la comida que nos sirven no nos sabe bien es porque es de mala calidad? ¿porque está mal elaborada? o quizá ambas…
Siento decirte que la respuesta a ambas preguntas es un no rotundo. Ninguno de los dos motivos anteriores es cierto, o al menos no son los motivos principales.
El verdadero motivo por el cual no es sabrosa la comida de los aviones es principalmente por estas tres causas:
- la presión reducida del aire de la cabina,
- la falta de humedad
- el fuerte ruido de fondo (de los motores del avión)
Presión atmosférica que hay en la cabina
La presión en el interior de los aviones, es la que encontramos a unos 1800 – 2400 metros de altura aproximadamente.
Esta condición ante la que nos encontramos cuando estamos viajando afecta fundamentalmente a dos aspectos: Cuesta mas percibir los sabores dulce, ácido, salado y amargo, como refleja el estudio realizado por J.A Maga y K. Lorenz “El efecto de la altitud en los umbrales del sabor” y el otro aspecto y quizá más importante es que la cantidad de moléculas aromáticas volátiles en el aire también se reduce a medida que cae la presión, esto si que puede afectar en gran medida (incluso anular) nuestra percepción del sabor.
Niveles de humedad muy inferiores a los que nos encontramos en tierra
En un vivienda habitualmente hay entorno a un 30% de humedad, en un avión baja del 20%.
Los niveles bajos de humedad también perjudican a nuestra capacidad para degustar alimentos ya que tienden a resecar la nariz y dificultan la detección de las moléculas volátiles.
El ruido en el avión
En este último factor, el cual afecta a nuestra percepción de la comida en los aviones debemos matizar algo.
En un estudio realizado en 2015 se observó que el ruido fuerte al que estamos sometidos durante un vuelo afecta a unos sabores y a otro no.
En concreto los sabores dulce y umami se encontraron mucho más agradables que el resto de sabores. Pero, ¿a que es debido?
Una de las teorías que más fuerza está cogiendo es que: la respuesta a los distintos sabores varía en función de lo estresados que estemos. Y si pensamos en un avión, en el que quizá pueda haber alguna turbulencia, es lógico que la gran mayoría de las personas estén un poco estresadas. A consecuencia de esto, el aporte de energía que el sabor dulce ofrece es precisamente lo que necesita el organismo para afrontar una situación de estrés. Lo mismo pasa con el sabor umami que es un sabor nutritivo que señala presencia de proteínas.
Terminamos con buen sabor de boca
No quiero ser la responsable que en tu próximo vuelo, cuando vayas a probar la comida que te ofrece el personal te acuerdes de este post y prefieras dejarla, así que aquí va una buena noticia.
Las aerolíneas son conscientes de esta situación y están volcándose en mejorar la sensación de los pasajeros en cuando a la comida se refiere.
Es por ello que el Instituto Fraunhofer en Alemania tiene un entorno de cabina simulado para realizar estudios en este ámbito. El mencionado “entorno de cabina simulado” no es más que la mitad frontal de un viejo Airbus hundido en una cámara de baja presión.
De esta manera los científicos pueden variar las condiciones de presión, humedad y ruido del avión para ver sus efectos a la hora de comer.
Así que quién sabe, igual la próxima vez que viajes ya hay grandes avances en este campo y encontrarás la comida mucho más sabrosa.
Buen viaje y buen provecho! 😉
Miguel Nibardo says
Muy buen artículo. Algo que deben tener presente las aerolineas a la hora de confeccionar el menú para hacer más placentero el viaje.
Interesantísimooo says
Interesante artículo. El olfato y el gusto casi siempre van de la mano y las afectaciones de uno de ellos afecta al otro. Gracias por compartir.